Antes de 1820 todos los países eran pobres. Pero en las postrimerías de la Revolución Industrial, los conocimientos tanto tecnológicos como científicos comienzan a crecer de una manera exponencial. El autor pone en perspectiva cómo el bienestar material de la humanidad igualmente crece en los últimos 200 años (aunque fuera de tumbo en tumbo) y explica cómo, utilizando un algoritmo, se generan esos conocimientos y cómo inciden en el desarrollo de las naciones. Examina también por qué el crecimiento tecnológico de los países desarrollados dio paso a una brecha socioeconómica entre estos países y el resto y cómo en las últimas décadas la brecha se ha ido cerrando y cómo se podría acelerar el avance tecnológico en los países en desarrollo.