Camino de la Tierra es un libro escrito y amparado a lo largo de casi dos décadas, centrado en los seis años de estancia intermitente en Chile de la autora entre 1997 y 2003, época en la que toma contacto con una de las megalópolis más contaminadas y complejas del mundo: Santiago de Chile, y a la vez con unos de los últimos bosques vírgenes que quedan en nuestro planeta. De la experiencia entre estos extremos surge una meditación que se detiene en la cosmovisión del mundo mapuche, en la crítica al desarrollismo y a la agresión a la naturaleza. De los contrastes devienen los contornos que conforman el libro: poesía de conciencia y misticismo contemplativo; poemas breves o torrenciales.