Este libro es una declaración de amor. A una mujer, a más de una mujer, posiblemente a todas las mujeres. Porque cuando habla de la mujer, la autora la concibe como el solidario don de la pluralidad. Uxía conoce la paleta de colores del amor y la usa con trazos firmes, definidos, generosos. Porque no hay gris marengo que valga cuando la sangre empuja precipicios mar adentro. Cuando la rebelión no es ensayo de venganza, sino caricia terapéutica, cuando suenan las campanas pero no repican para llamar a misa, sino a despertamos un sueño precocinado. CARLOS SALEM