Criptas secretas, vuelos nocturnos, cementerios abandonados…y ¡mucho humor vampírico!
A Anton le ha ocurrido algo que solo para en las novelas de terror o de misterio que tanto le gustan: ha conocido a Rüdiger, un vampiro de los de verdad. Las aventuras que siempre ha imaginado van a hacerse por fin realidad ante el asombro de sus padres.