Pocas obras como esta tienen tanto que ver, tanto que contar. Porque es un libro visual, sin palabras, cuyas lectoras y lectores pueden interpretar la historia como quieran y cuantas veces quieran gracias a su abundancia de detalles. Porque su ingeniosa y elaborada estructura permite que un nuevo relato vuelva a comenzar al llegar al final, leyendo las páginas de izquierda a derecha y de derecha a izquierda: mismas ilustraciones, distintas miradas.