Dos de las obras más famosas de Pedro Antonio de Alarcón, exponentes de su realismo idealizado. En medio de una gran polémica sobre la autonomía del arte, Pedro Antonio de Alarcón apostó decididamente por una literatura de utilidad moral. A su servicio configuró una realismo idealizado. Clarín, que militaba en el bando con tario, reconocían en Alarcón el arte de saber inventar argumentos interesantes, de hacer hablar a las pasiones un lenguaje propio y de encontrar las misteriosas perspectivas del interés. Buen ejemplo de ello son "El sombrero de tres picos, "novela inspirada en un romance de ciego, cuya acción transcurre en una sola tarde-noche en un pueblo andaluz, y "El capitán Veneno," que, herido en una reyerta entre monárquicos y republicanos, es recogido y atendido por damas de la nobleza. Edición de Jesús Rubio Jiménez.