El sol, la luna y la lluvia llevan semanas sin dejarse ver por la selva y todo está envuelto en una larga noche. Los animales del bosque amazónico -diurnos y nocturnos, que corren, vuelan o nadan, que rugen o graznan-, preocupados porque ya no reconocen su hogar, emprenden un viaje para averiguar por qué no amanece. El texto poético y el emotivo tratamiento del color en “Esperando el amanecer” son las herramientas de las que se sirve Fabiola Anchorena para desarrollar esta necesaria llamada de atención ante