Redactar una lista de las maravillas que aquí y allí pueblan Etiopía es una tarea ingente y a la vez inútil: nos dejaríamos demasiadas. ¡Hay tantas Etiopías en esta tierra milenaria! Pero aún no existe el país que se resista a Rumbo a y los proyectos imposibles nos gustan especialmente. Vamos allá: las ruinas de los palacios en Axum y su relación bíblica con el rey Salomón; los imponentes castillos medievales de Gonder; las espectaculares montañas Simien; las increíbles iglesias excavadas en roca viva de Lalibela; ¡las míticas fuentes del Nilo Azul!; los monasterios ortodoxos y la riqueza étnica de los valles del Omo y el Mago; las cataratas de Tis Isat; la ciudad prohibida de Harar? No. Hemos fracasado: no se puede en una solapa transmitir tanta belleza.
Mejor déjense guiar por la mano experta de Denberu Mekonen, que es el más sólido puente cultural entre Etiopía y nuestro país, y hagan caso de la advertencia de José A. Pujante: nadie que haya pisado este país ha vuelto siendo el mismo. Sentirá la imperiosa necesidad espiritual de escuchar de nuevo su llamada, y volver.