Nunca la liquidez ha sido un bien tan preciado. La Gran Crisis de 2008 contrajo la demanda y estranguló el crédito. Y la que apunta tras la sacudida del COVID confirma que el que tiene liquidez quizá pueda aguantar y sobrevivir. Esa es la terapia que se prescribe a las empresas desde las políticas públicas. La gestión del circulante debe orientarse, más que nunca, a preservar la liquidez y, también, a apoyar la rentabilidad. Este trabajo tratar de ocupar un espacio de conocimiento útil para un estudiante de finanzas y para un gestor financiero. Lo hace con la humildad que debe tener el conocimiento cuando un financiero ha de enfrentarse a sus limitaciones.