El 27 de agosto de 1950, el escritor piamontés Cesare Pavese se suicidó en la habitación número 49 del Hotel Roma, en Turín. Dejó una nota de disculpa, algunos poemas y un diario: El oficio de vivir. Pierre Adrian, mientras recorre con su pareja algunos lugares favoritos de Pavese, profundiza en el último verano de un escritor perseguido por la idea del suicidio. Y en toda la biografía de Pavese, en sus libros y lecturas, en sus ideas y sus amistades, Adrian ha buscado algo que nos ayude, pese a todo, a la dolorosa tarea de vivir. Pavese aparece así, a lo largo de estas páginas, como un compañero de viaje taciturno y sincero. Durante estos paseos por la ciudad y por las colinas amadas por Pavese, por su vida cotidiana y por su breve «estancia carcelaria» en Calabria, nos encontramos con Monica Vitti y Antonioni, Italo Calvino o actrices norteamericanas, pero sobre todo con la ciudad de Turín y sus alrededores, que en adelante quedarán para siempre ligados a Pavese en la mente del lector. De un modo tan indeleble como la deslumbrante prosa del autor italiano.