Una serie de extrañas catástrofes asolan la vida de un niño. Osos, mofetas, águilas, tucanes, rinocerontes, cocodrilos, jirafas, lobos… le hacen la vida imposible. Hasta que un día, el suelo tiembla porque una gran estampida invade su casa, y detrás de ella está la causa de tanta catástrofe.
La gran catástrofe nos acerca de manera simbólica a la sensación de amenaza que siente el protagonista respecto a su hermano pequeño. La vida se ha transformado en una gran catástrofe desde que su hermano llegó. Mediante la metáfora y la hipérbole, este temor se recrea a través de animales salvajes que acechan implacablemente al protagonista. Su vida se presenta llena de peligros atenuados por una ilustración colorista y naïf que resta dramatismo a la historia. Finalmente, la calma se recupera cuando el protagonista retoma su rol protector respecto a su hermano pequeño.