La plaza del Diamante ha sido reconocida como una de las mejores novelas catalanas de posguerra. “La novelista – dice Joan Fuester- ha sabido encontrar el tono del personaje con una exactitud prodigiosa. Hay pocas novelas de tanta espontaneidad aparente lograda con tal sutileza.” La acción no puede ser más sencilla a la par que conmovedora, aunque más exacto sería referirse destino de mujer común y la forma como se descripción elegíaca de los hechos con la descripción elegíaca del un modo de vivir, de un pedazo de ciudad entrañable.