La guerra que se extendió entre 1914 y 1918 fue conocida hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) como la Gran Guerra, porque sorprendió a todos los contendientes por su magnitud. Comenzó siendo un conflicto meramente europeo, pero con el tiempo se convirtió en una guerra mundial en la que participaron ta mbién americanos, asiáticos, africanos o australianos y neozelandeses junto a los europeos. La guerra duró cuatro largos años en un enfrentamiento como la humanidad no había presenciado hasta entonces. Los países participantes se contaron por decenas, los ejércitos sumaron millones de soldados, las batallas acabaron con centenares de miles de bajas, los gastos fueron incalculables. Las consecuencias de la guerra fueron tan importantes que todavía se dejan sentir hoy en día, casi un siglo después. De los tratados de paz firmados a su conclusión, arrancan la mayor parte de las actuales fronteras europeas y algunos de los enfrentamientos vividos recientemente: la independencia de los países bálticos, los conflictos entre minorías en Europa central y oriental, y la desmembración de Yugoslavia. Pero el gran significado geoestratégico de la Primera Guerra Mundial fue la pérdida para Europa de la hegemonía mundial y su sustitución por la de Estados Unidos.