Madrid, abril de 1900. Una joven aparece asesinada en las Injurias, uno de los barrios más desfavorecidos de la capital. Su cuerpo sin vida yace junto al río con una flor y un poema de Rubén Darío en las manos. Entre los curiosos que se agolpan frente al cadáver, se encuentran Pío Baroja, un joven médico que está visitando la zona para escribir una novela, y el agente Miguel Herranz, antiguo combatiente de Filipinas, de donde ha regresado con graves secuelas físicas y psíquicas. Cuando Miguel se hace cargo de la investigación, Baroja, que ha identificado a la mujer como una de las prostitutas que frecuentan sus amigos bohemios, se une a él en busca del culpable. Juntos visitarán las tertulias literarias, los burdeles, los teatros y cafés cantantes donde surge el cuplé, y recorrerán una ciudad que, pese a la pérdida de las colonias de Ultramar, comienza a brillar con una intensa vida cultural y literaria. Desde los suburbios y barrios populares hasta los palacios de la aristocracia, desenmascarar al homicida se va haciendo para Pío y Miguel una necesidad urgente conforme van apareciendo nuevas víctimas en el parque del Retiro.