La primera gran novela de la escritora gallega, Los Pazos de Ulloa, junto a su continuación en 1887, La Madre Naturaleza, abren este segundo volumen de sus Obras Completas. Los Pazos desde muy pronto fue considerada una auténtica obra maestra, en palabras de Galdós, inscrita erróneamente en un naturalismo católico. Más bien, resulta un ejemplo arquetípico de “novela de personaje” y, más concretamente, novela de aprendizaje porque narra el tránsito de un joven sacerdote desde la inocencia al desencanto por medio de pruebas iniciáticas. Su último capítulo sirve de pórtico a La Madre Naturaleza y funciona como cierre al viaje formativo del héroe. Como prólogo a la primera edición de Los Pazos, destacan sus Apuntes autobiográficos. En sus prólogos, doña Emilia justifica el modo en el que escribe y pone de manifiesto su capacidad para armonizar influencias diversas, sin perder su potencial originalidad. Tras sus primeros éxitos, entrega a la editorial dos historias amorosas que representan una transición de la etapa naturalista a la espiritualista: Insolación y Morriña.