Desde que en 2014 se publica el primer texto sobre el modelo para diseñar espacios accesibles, espectro cognitivo, y para innovar permanentemente su método y metodología, la autora ha estado centrada en el estudio teórico y el desarrollo experimental de investigaciones relacionadas con el funcionamiento cerebral y el comportamiento espacial, lo que ha generado novedosos aportes sobre las relaciones entre los componentes del espacio y la calidad de vida de los seres humanos.
El diseño de entornos y edificios debe encontrar su propio idioma con formas y expresiones que sean legibles, lo que implica encontrar un lenguaje que sea formal y funcionalmente comprensible. El índice de accesibilidad cognitiva permitirá acercar, midiendo, esta adecuación espacial al funcionamiento diverso y a lo largo del ciclo humano de las personas.