En el devenir de su azarosa trayectoria vital, Wordsworth, arquetipo del poeta vocacional y plenamente consciente de su labor, contribuyó a separar la poesía del ámbito elitista y limitado en el que se había venido desarrollando hasta aquel momento histórico, ofreciendo nuevos cauces para la expresión poética.
El poeta es para Wordsworth "un hombre que habla a los hombres", y la poesía es "el espontáneo rebosar de poderosos sentimientos" que se origina en la emoción rememorada en un estado de tranquilidad. A lo largo y ancho de su prolífica y fecunda obra poética, trató principalmente de la relación entre el poeta y la naturaleza, dando lugar a la épica del yo romántico reflejada en "El preludio", verdadera crónica y testamento poéticos.