A la cabeza en moda y tecnología, pero a la vez profundamente tradicional, esta dinámica ciudad reúne palacios, templos, diseño vanguardista y senderos de montaña, todo al ritmo incesante del K-pop. Durante la pasada década, Seúl se dedicó también a suavizar su aspereza industrial para convertirse en un atrayente ideal urbano de parques, cultura y espacios tranquilos. Pero quiera el viajero lo que quiera, a cualquier hora del día o de la noche, esta ciudad le responde. La visita muy de mañana a un templo podría continuar con un circuito por un palacio, seguido de un té en Bukchon y un periplo por las galerías de arte de Samcheong-dong. El soju (vodka coreano) y los tentempiés en algún tenderete callejero darán carburante para comprar en los bulliciosos mercados nocturnos de Hongdae o Itaewon, o para cantar karaoke en un noraebang de autoservicio. Si después de todo este trajín se visita un jjimjilbang (sauna y spa) para sudar, remojarse y echarse un sueñecito, cuando se mire el reloj ya habrá amanecido.
• Pueblo de 'hanoks' de Bukchon: Contemplar las vistas de la ciudad desde el laberinto de calles de este pueblo histórico.
• Changdeokgung: Absorber la serenidad del Jardín Secreto en este palacio declarado Patrimonio Mundial.
• Mercado de Gwangjang: Buscar ropa y comer en los puestos callejeros de uno de los mejores mercados de la ciudad.
• Mapas.
• Transporte.
Incluye: Puntos de interés, Actividades, Cursos, Circuitos, Fiestas y celebraciones, Dónde dormir, Dónde comer, Dónde beber y vida nocturna, Ocio, De compras.