Isparra, un hombre maduro, repasa su vida, sus amores y amistades mientras se prepara para asistir al asado semanal, el ritual que lo une a sus amigos.
Isparra es un hombre solo. Ese domingo, como cada domingo de cada semana, va a encontrarse con sus amigos para comer un asado. Mientras se prepara para ir, Isparra reflexiona sobre el paso del tiempo, el amor por una mujer que lo dejó hace años y la vida contemporánea, tan lejos del balcón de su casa como cerca de su espíritu melancólico -aparentemente pasivo-, pero de una sensibilidad extrema para captar los detalles en los que la vida se fragua día tras día, partiendo desde el más inútil, el más calmo.