¿No era la vida una representación dramática que de pronto se volvía farsa? Hacia el final de su vida, completamente solo, Plutarco Elías Calles busca un consuelo, descubrir un trozo de verdad que le permita morir en paz, aunque lo espere un espantoso purgatorio...
Ignacio Solares nos permite asomarnos a momentos cruciales en la historia de México, especialmente al regreso de Plutarco Elías Calles al país en 1941, cuando enfrenta el remordimiento y la soledad desde la práctica del espiritismo.
Hacia el final de su vida, Plutarco Elías Calles tendrá que confrontarse con cada una de las personas a las que mandó matar: Francisco Serrano, el padre Agustín Pro, Álvaro Obregón... Cualquier horror es preferible a la Nada, la disolución total, en la que, por alguna extraña razón, Elías Calles nunca había podido creer, y ahora, luego de volverse asiduo asistente a sesiones espiritistas, ha vislumbrado otro mundo y es continuamente visitado por fantasmas.
Otros autores han opinado:
"El principal mérito de Solares como narrador es convertir a sus personajes en seres que nos reflejan y retratan nuestras miserias y grandezas." -Vicente Quirarte-