El futuro solo es nuestro cuando dejamos atrás el pasado.
«No pienso salir con ningún chico y me dedicaré a la promiscuidad por lo menos un año».
Eso ponía la servilleta que Elena había firmado con el bolígrafo del camarero la noche anterior..., pero ¿cómo había llegado a eso?
En teoría está satisfecha con su vida, su relación va bien, su novio la mima, le gusta su trabajo...
Pero es pura fachada, y se da cuenta la noche ve a su novio besándose con una chica en un bar; cuando se emborracha y decide firmar sus nuevos propósitos en una servilleta de papel.
Primero deja a su novio y luego comienza a salir con su nuevo grupo de amigos que le abren nuevos horizontes, en los que podrá cumplir sus nuevos objetivos... o no.