Los relatos que integran este libro convocan a lectores intrépidos, dispuestos a entregarse a una escritura que no hace concesiones al realismo ni a ninguna fórmula prefabricada. Desde el escritor que copula con el piano de su abuela hasta el niño que muerde a una víbora, pasando por las muñecas parlantes, la mujer congelada o el príncipe paralítico, sus personajes se mueven en un borde vertiginoso entre lo real y lo onírico, la truculencia y la risa, el erotismo y la locura.
Los universos literarios de Fernanda García Lao parecen siempre recién inventados, desplazados del sentido común, inasibles y, por eso mismo, abiertos a múltiples significados. Como E. T. A. Hoffmann, como Silvina Ocampo, como Clarice Lispector, es en lo familiar donde la autora instala el extrañamiento y el horror para fabricar estas historias únicas, dueñas de un extraño y poderoso magnetismo.