David Milar es un personaje de mucho cuidado. Mujeriego, bebedor y con un más que dudoso doctorado en física, no puede evitar hacerse pasar por su padre, el eminente psiquiatra David Milar sr., cuando la concupiscible Mirtila Lump lo confude con su progenitor. Embarcado en una involuntaria aventura espacial a causa de su incontinencia sexual, pronto se encontrará viajando hacia Hoonai, el hogar de la raza Kghasatshu, donde deberá tratar los problemas psicológicos de Yagghumasth, el ordenador que rige los destinos del planeta. Durante su estancia en Hoonai, David Milar también tendrá que tratar con los propios Kghasatshu y procurar no violar su complejo código de conducta, a riesgo de sufrir una babeada como castigo o la propia muerte.
Por si todo esto fuera poco, nuestro pícaro personaje no tardará en comprender que en Hoonai hay mucho más de lo que parece y que, si no se mueve con cuidado, tiene muchos números de acabar envuelto en una turbia intriga que podría poner en peligro nada menos que el futuro de la raza humana.