Esta es la historia de la clandestinidad socialista durante
el franquismo. La historia de gente corriente que llevaba una doble vida, hombres y mujeres, asalariados, trabajadores manuales, maestras depuradas, que se jugaron la vida
y siguen siendo hoy prácticamente desconocidos. Desde
la cárcel consiguieron conectar con antiguos militantes
y organizarse por gremios, ramas, sectores y barrios.
Un modelo que, en algunas áreas montañosas, convivió
con la guerrilla, y que subsistió a duras penas. En 1954, tras
la muerte de Tomás Centeno en los calabozos de la DGS, sus ejecutivas pasaron a Francia, pero la actividad no desapareció del interior. Cambió de geografía y fue adaptándose a nuevos actores y formas de protesta, que pronto evidenciaron
la tensión entre el exilio y el interior.
Este libro trata de rescatar el rostro anónimo de las personas que llevaron a cabo esta reconstrucción, a través
de la documentación que generaron e intercambiaron
dentro y fuera de España, la mayor parte incautada
por la policía, razón por la que esta historia se ha mantenido inédita hasta el momento.