La entrañable voz de Rafaela regresa para contar su último año de secundaria. Con una escritura profunda y reflexiva, Mariana Furiasse ahonda en los miedos y las inseguridades de un personaje que se abre paso en el mundo, que duda, se asoma y avanza, intermitente, con luz propia.
Pasó tiempo hasta que pude volver a escribir. Me quedé sin palabras cuando Simón se borró. Y el dolor fue tan fuerte que por momentos quise desaparecer. Porque lo que más me pesa es la ausencia. Más que los kilos, más que las miradas. Primero, papá. Después, Simón. Pareciera que si ellos no están, yo tampoco. Tantas veces esperé que alguien pueda verme y nada. Pero al final me vi. Me dibujé con la mirada y me sentí viva. Dejé de esperar y empecé a hacer. Y acá estoy, hablando con León, el nuevo del curso. Esta que se anima se parece más a mí que cualquier otra. Bienvenida, Rafaela Rivera.