La cooperación transfronteriza comparte muchos de sus elementos con la cooperación internacional para el desarrollo, como es el hecho de trascender las fronteras entre estados para abordar el desarrollo de territorios adyacentes. Ambas han evolucionado extraordinariamente durante el último medio siglo, permitiendo la participación cada vez mayor de numerosos sectores de la sociedad, incluyendo a todos los niveles de la administración, las organizaciones y agentes sociales, la Academia y, últimamente, también a las empresas. Esta modalidad de cooperación se centra en el abordaje de desafíos comunes para regiones que, aun estando situadas en territorios de características frecuentemente similares, han tenido evoluciones históricas dispares que han dado lugar a diferencias inherentes a su pertenencia a estados distintos. Por ello, una de las primeras tareas es la generación o recuperación de la confianza a través de las fronteras con el fin de disponer de las condiciones adecuadas para la planificación estratégica conjunta, el abordaje de los retos compartidos y el desarrollo armonioso y sostenible de los territorios transfronterizos.