"La culpa del abate Mouret", aunque poco conocida, es una de las mejores novelas del padre del Naturalismo. Lejos de responder al dictado
de la etiqueta normativa al uso, que define ese movimiento literario como una mera y complacida exposición de la abyección humana, esta novela recupera explícitamente, más aún que otras, una gozosa y fructífera filiación de la escritura zoliana
con el espíritu naturalista primigenio del siglo XVIII.
El resultado es una obra maestra en la que ese apelativo literario cobra todo su sentido.