El amor tiene muchas facetas ocultas. En esta historia encontramos damas con una doble vida y galanes prisioneros del deseo, lances de alcoba y equívocos que pueden hundir para siempre una reputación, marqueses indecorosos y amantes tan expertas como letales.
Que a Julián le atacaran unos malhechores en mitad de la noche podría ser lo mejor que le ha ocurrido en la vida. Su destino queda sellado cuando una figura misteriosa, aunque con voz y contorno definitivamente femeninos, acude en su ayuda. Entre los talentos que Julián valora en una dama no figuraba hasta ahora el que fuera una experta lanzadora de cuchillos. Antes de desaparecer ha dicho llamarse Diana; y pese a su antifaz —el suceso tiene lugar durante los carnavales—, Julián ha quedado cautivado por sus ojos.
¿Cómo podría encontrarla otra vez? Catalina de Velasco no es indiferente a los juegos amorosos. Prefiere que continúen siendo eso, juegos. No quiere un marido ni lo necesita. Pero algo se mueve en su interior cuando está en presencia de un hombre irresistible que, a su vez, parece sentirse atraído por Catalina. Su nombre es Julián.
El problema es que Catalina ya tuvo un encuentro con él, amparada bajo una identidad falsa. Para seducirlo tendrá que decidir si quiere ser ella misma… o si prefiere desplegar sus habilidades como la implacable Diana.