Ester Prynne aguarda en Boston la llegada de su marido, el médico Roger Chillingworth, procedente de Inglaterra. Durante la espera nace entre Ester y el reverendo Dimmesdale, pastor de la comunidad, una irrefrenable pasión amorosa, de la que nacerá Perla, prueba inequívoca de la traición de Ester. Por ello, la comunidad de Boston la condena a la soledad moral, obligándola a lucir la letra A bordada en su pecho como símbolo de su condición de adúltera.