Una niña, cansada de jugar sola, buscó compañía en su reflejo frente al espejo, pero tampoco era divertido. Cuando estaba por darse la vuelta e irse, la niña del reflejo le sonrió y, antes de que pudiera hacer algo, ya había salido de un salto y estaba ansiosa por jugar.
¡No podía creerlo! Ahora tenía una compañera de juegos y la vida sería fantástica, jamás volvería a jugar sola... pero debemos tener cuidado con lo que deseamos porque a veces los sueños se hacen realidad.
Un libro que recuerda la importancia de quererse a uno mismo y de valorarnos como somos.