La oficina de la cuarta planta recorre situaciones llenas de tensión enmarcadas por su
autor en los despachos del Palacio Real de
Madrid durante la I Guerra Mundial, en los
traslados de obras de arte a Valencia al inicio
de la Guerra Civil española o en los valles
y montañas del Norte, donde la naturaleza
no se deja dominar por el ser humano.
La música, la belleza, la familia y los principios también están presentes.
Una prosa cuidada hace inevitable la identificación del lector con las reflexiones y
conflictos más íntimos de los protagonistas
que al terminar la novela situaremos entre
nuestros personajes de ficción eternos.