«Expresado muy brevemente, Darwin sustanció con muy variadas evidencias
la idea (que otros antes que él habían propuesto) de que las
especies evolucionan, encontrando además un mecanismo que hacía
plausible tal evolución; defendió que la vida es como un árbol, de cuyas
raíces han ido brotando diferentes ramas, esto es, especies, que con el
paso del tiempo continúan diversificándose, dando origen a otras bajo la
presión de determinados condicionamientos.
[...]
A lo largo del siglo y medio que nos separa de la publicación de El origen
de las especies, la esencia de su contenido no ha hecho sino recibir confirmación
tras confirmación. Puede que aún resten cuestiones por dilucidar,
pero el evolucionismo darwiniano nos suministra un marco conceptual y
explicativo imprescindible para comprender el mundo natural de manera
racional, sin recurrir a mitos».
José Manuel Sánchez Ron, El País