Tras unos años en Estados Unidos, Amelius Goldenheart regresa a Londres con una carta de presentación para John Farnaby. A pesar de los recelos de este, la señora Farnaby ve con muy buenos ojos al joven y le confía un secreto y una misión: encontrar a la niña que le arrebataron dieciséis años atrás. A medida que Amelius se implica en semejante empresa, afloran los secretos del pasado familiar y los ideales y principios de quien ha convivido con el socialismo cristiano topan de frente con las estrictas normas de la sociedad victoriana. De este modo, poco a poco, los intentos por encontrar la felicidad van convirtiéndose en las hojas caídas de un triste árbol vital.