Andrea, la protagonista de la novela, está a punto de cumplir trece años. Corre el verano de 1976. Para evadir la realidad de su entorno y sobrellevar los conflictos de su incipiente adolescencia, ella inventa un universo propio a través de la historia de "Él", un personaje de ficción compuesto por retazos de todo lo que tiene a mano: la sonrisa del Che Guevara, los pantalones de terciopelo de Mick Jagger y sobre todo la voz y la mirada del músico que más admira: Spinetta.
Pero el mundo real se resquebraja y golpea cada vez con mayor violencia. Es imposible abstraerse de los comentarios de los adultos, de la quema de libros, de los autos sin patentes, de la detención de civiles que se ve a través de las persianas. Cuando el cerco se ciñe sobre su propia familia, Andrea cree que puede intervenir en la realidad con el mismo poder que mueve los hilos de sus personajes de ficción. Y es entonces cuando, con la intención de ayudar, pone en riesgo la vida de otros. La imposibilidad de expiar su sentimiento de culpa marcará el resto de su vida.