Manuel Reza, subdirector del periódico El Matutino, tiene en las manos la primicia de una nota escandalosa que puede dar para un rato de notoriedad frente a la competencia: durante una investigación por fraude a una aseguradora se descubre que el ataúd de Camelia Padilla, viuda de Lacroix, sólo contiene piedras, palos y una chamarra propiedad de su hijo Mike, amigo de Manuel.
Ayudado por Beto Zaragoza, uno de los reporteros de policía más memorables de la novela negra contemporánea, y con los certeros contrapuntos de Eduardo, psicoanalista marginal y agudo crítico de los medios, Manuel perseguirá la verdad sobre la viuda y, entre los incontables secretos que esconde a plena luz la vida cotidiana, se topará con una red de complicidades entre autoridades policiacas y militares con el narcotráfico, sin percatarse de que el pasado también nos persigue, implacable, y siempre encuentra la manera de cobrarnos.