El norte de México es pura frontera: enormes desiertos salpicados de cactus, montañas escarpadas y cañones sobrecogedores definen sus parajes, que a casi todo el mundo les resultan familiares por las películas del Oeste. Con sus habitantes pasa lo mismo: vaqueros, revolucionarios y bandidos dejaron su huella aquí a lo largo de los siglos, mientras que los pueblos indígenas, con arraigadas tradiciones, aún son de los menos occidentalizados del país.
• Ferrocarril Chihuahua-Pacífico: Explorar el territorio de las barrancas a bordo del último tren de pasajeros del país.
• Reserva de la Biosfera El Pinacate: Descubrir los paisajes lunares de esta espectacular reserva desértica.
• Cuatro Ciénegas: Recorrer uno de los rincones con mayor biodiversidad del planeta.
• Mapas.
• Transporte.
Incluye: El Fuerte, Urique, Areponápuchi, Creel, Batopilas, Sonora, Los Mochis, Chihuahua, Durango, Saltillo, Parras, Monterrey.