Unas gigantescas olas de color aguamarina marcan el ritmo de toda visita a la costa central del Pacífico mexicano, una tierra de extraordinarias playas y puestas de sol. Aquí se dan todos los clichés tropicales: comer marisco bajo techos de palma, refrescarse con un agua de coco en una hamaca y tomar cócteles junto a la piscina de un resort de lujo. La vida nocturna es trepidante y hay playas para todos los gustos, ya sean bordeadas de altos hoteles o de cabañas destartaladas. Pero aún son más las posibilidades que ofrece el océano, donde se pueden cabalgar olas de fama mundial y ver ballenas jorobadas, tortugas, pelícanos o delfines. Ya se venga para una semana de hedonismo playero o en busca de la ola perfecta y justo de dinero, esta costa lo tiene todo.
• Mazatlán: Demorarse en su exquisitamente restaurado centro urbano.
• Troncones: Soñar con quedarse a vivir en este pueblo de playa antes de coger la tabla de surf.
• Barra de Navidad: Pedalear, navegar y cenar pescado fresco en este despreocupado y diminuto centro vacacional.
• Mapas.
• Transporte.
Incluye: Mazatlán, San Blas, Tepic, Sayulita, Puerto Vallarta, Bahía de Navidad, Manzanillo, Costa de Michoacán, Lázaro Cárdenas, Ixtapa, Zihuatanejo, Barra de Potosí, Acapulco, Costa Chica.