Mientras otros nietos y abuelas juegan con pelotas, muñecas, trompos o autos, Vicente y su excéntrica abuela juegan con las palabras. Gracias a ella, Vicente comienza a encantarse con los libros y aprende que, muchas veces, escuchar a tu corazón y no seguir a la mayoría, puede ser el único camino para encontrar tu verdadera identidad.