«A pesar de los riesgos, vale la pena asumir una idea escalofriante: lo mexicano es una invención.»
¿Qué tan chinescos y poblanos son realmente los orígenes de la china poblana, emblema de la feminidadmexicana? ¿Cómo fue posible que la imagen de la Patria, aquella que aparecía en la portada de los libros de texto gratuito, combinara elementos griegos y prehispánicos, con una toga heredada de la Revolución francesa, en una extravagante alegoría del progreso? ¿Por qué los mexicanos nos sentimos representados por figuras como el charro, el mariachi, pero también por el belicosoborracho o el político tramposo? José Luis Trueba Lara contesta a estas preguntas adentrándose en las historias detrás de ocho símbolos del nacionalismo: la china poblana, la adelita, el baile de los 41, el charro, la vecindad, el político transa, el mexicano y la Patria. Su objetivo no es sólo desentrañar qué hay de cierto en estos mitos, sino revelar el papel que desempeñaron en la creación de un país marcado por el analfabetismo y la corrupción, entre otros males.
Elproceso mediante el cual se consolidaron las figuras que hoy nos parecen la más pura esencia de lo mexicano implicó un largo casting a lo largo de los siglos y los sentimientos de la nación: desde el orgullo criollo en la Colonia, pasando por la Independencia y la necesidad de inventar un país a marchas forzadas, sin olvidar la invasión estadounidense —que equiparó para siempre heroísmo y derrota en el sentir patrio—, hasta llegar a la fiesta de las balas de principios del siglo xx. Ésta es la historia que se cuenta en estas páginas, con curiosidad y un afiladosentido del humor, a la vez que con erudición y espíritu crítico. Pues, como nos recuerda Trueba, el nacionalismo, la idea de que somos como somos, suele convenir a unos cuantos, que buscan perpetuarse en el poder.