Sebastián vive en un pueblo costero donde nunca pasa nada. Su padre es camionero y apenas aparece por casa; su madre está dedicada a los cuidados del hogar y sus hermanos no lo toman mucho en cuenta. Lo único que realmente lo reconforta es pasar las tardes en casa de su abuela viendo Dragon Ball. Sin embargo, en esta serie japonesa Sebastián descubrirá que esas imágenes masculinas le provocan algo más que una ingenua admiración.