«Usted no sabe..., trabajar en casa no es así nomás. Solo el que carga el costal sabe lo que lleva adentro. Aquí nos enseñan a hacer calladas nuestro trabajo, como si no existiéramos. ¡Sí! Nacimos para ser invisibles... como espíritus de la noche.»
Teresa Montenegro ha desaparecido y culpan a su esposo de haberla asesinado. La única testigo es Candelaria Aguablanca, la sirvienta.
El fiscal nombrado para resolver el caso decide trasladarse a El Caimán, el pueblo de Candelaria. Ahí espera atar los cabos sueltos, pero se encuentra con las fascinantes y desgarradoras historias de unas mujeres condenadas a servir en casa ajena.
Las indagaciones y entrevistas que el fiscal realiza para encontrar el cuerpo de Teresa -porque, según dicen, sin cuerpo no hay delito-, ponen al descubierto no solo la complejidadde las relaciones entre sirvientas y patrones, sino también las redes de sobrevivencia en un mundo que sabe cómo protegerse.
Dando un giro a lo que ha venido escribiendo hasta ahora, Anabella Giracca convierte la oralidad de sus personajes en páginas literarias repletas de imágenes y situaciones insospechadas.