Con chicos que roban, se drogan, se prostituyen y matan, con chicos que son víctimas y victimarios y que crecen en sociedades injustas, los relatos de Pendejos hablan de los tiempos que corren y de nuevas visiones, temerarias, acerca de los niños.
Todos los cuentos de Pendejos tienen como protagonistas a chicos o jóvenes que han cometido crímenes violentos. Pibes marginales o de clase media; pibes abandonados o de "buenas familias"; pibes que conviven con armas, pibes ganados por el paco, que viven en un eterno presente, breve y fugaz, donde la vida vale menos que nada.
Un chico dispara contra su padre en el momento en que éste abusa de su hermana. Un adolescente traza un círculo en un plano para determinar el coto de caza de sus presas humanas. Otro decide usar en la escuela el arma de su padre. Una jovencita lidera una banda que se dedica a los secuestros express. Otra organiza una masacre familiar. Da lo mismo que se trate de un barrio rico, de una villa, de Fuerte Apache o de alguna ciudad del Sur: la violencia se impone en cualquier escenario.
La crítica ha dicho...
«Pendejos es apasionante y estremecedor. Lo devoré»
Arturo Pérez-Reverte