En el reino de Torremusgo se podría vivir muy bien si no fuera por la visita inesperada y violenta del ogro Denarices, que con su narizota no para de olfatear y de repeler a todos los guerreros que se le ponen enfrente. La reina Violante está desesperada y no sabe qué hacer. ¡Pero el pastor Pequeñín sí!