Esta nueva edición de Poeta en Nueva York, preparada con rigor y esmero por el hispanista británico Andrew A. Anderson, sigue fielmente la última voluntad de Federico García Lorca, plasmada en el original que el poeta entregó a José Bergamín en las oficinas de la editorial «Cruz y Raya» pocas semanas antes de su muerte en Granada. Un original, a medias manuscrito y mecanografiado, de cuya existencia y paradero se tenían hasta hace pocos años noticias inciertas. Ésta es la primera edición moderna que se basa directamente en ese material esquivo, y por eso puede considerarse, sin lugar a dudas, como la versión definitiva de un poemario que se cuenta entre las cimas de la poesía del siglo veinte y que ha ejercido una poderosa influencia no sólo en la tradición hispanohablante sino también en la cultura contemporánea occidental.