Blake, Reese y Noah son amigos desde la infancia, pero se consideran hermanos desde que una tragedia los unió más que la sangre. Tres amigos inseparables; tres ejecutivos de éxito; tres solteros empedernidos. Cada uno tiene su historia. Esta es la de Noah.
Desde la primera vez que vio aquellos ojos color violeta, Kathleen, a sus siete años, ya percibió la profunda tristeza que embargaba a aquel niño silencioso y pálido. A partir de entonces, se empeñó en llegar a su corazón, en hacerlo sonreír, en hacerlo feliz. Pero Noah no se lo puso nada fácil, huyendo de ella o tratándola con desdén.
Dos décadas después, Kathleen aprovecha la oportunidad que le brinda el destino para volver a tener frente a sí al hombre en el que se ha convertido aquel niño lleno de silencios. Él ni siquiera la recuerda, por lo que podrá devolverle su desprecio y su indiferencia, aunque para ello deba seducirlo.
¿Cuál será el problema? Que Kathleen, una vez más, será incapaz de odiarlo. Noah sigue siendo aquel niño perdido y ella seguirá empeñada en encontrar y salvar un corazón que él se encargó de enterrar.