¿Quién no ha deseado poder descodificar el templo del cuerpo y entregarse a la magia del instante en cada movimiento? Nada se les escapa a los más pequeños que perciben con nitidez y reciben informaciones constantemente. Con la ayuda de un poco de imaginación, el balón mágico de este cuento es la energía limpia de la rica vida que fluye sin cesar.