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Para Édgar, las cicatrices del pasado siguen latiendo con fuerza. A pesar de los años y de que ahora vive en la Ciudad de México, el recuerdo de su exnovio Jorge se mantiene presente, por lo que lucha constantemente por eludir la tragedia de su muerte y el sentimiento de abandono que lo atormenta.
Cuando su abuela enferma y se ve obligado a regresar a Monterrey, su antiguo hogar, Édgar se reencuentra con sus mejores amigos Santiago y Samanta, quienes, además de brindarle su apoyo incondicional, organizan reuniones y salidas para ayudarlo a superar su tristeza. En una de esas fiestas improvisadas, Édgar se encuentra con un singular chico llamado Pablo. ¿Será él quien al fin lo ayude a sanar su corazón roto?