"Así eran las cosas en la selva. Ahí todo se ganaba o se perdía por la fuerza."
En la plantación de café La Portuguesa, situada en la selva de Veracruz, en México, una familia española intenta salir adelante en un ambiente hostil, continuamente asediada por bandidos, guerrilleros, políticos corruptos o por los mismos otomíes, los habitantes originales de la región, que sienten a los de la finca como invasores de sus tierras.
Este relato en doce cuadros nos muestra la vida desbocada, sensual y mágica de la selva, con lluvias torrenciales y un calor imposible, siempre al borde del asalto, del motín, de la revolución y del desastre. Donde un día el narrador se eleva en un globo aerostático fabricado por el caporal, asistimos al despertar de la sexualidad de un niño o a la aparición de un elefante abandonado por un circo que acaba siendo parte de la familia.
Jordi Soler narra con maestría en este libro un territorio con reglas propias, agreste y primitivo. Un mundo regido por las fuerzas elementales de la naturaleza que ha llegado hasta hoy intacto, como una fuerza sorda que absorbe toda la luz.