Una visión de doble fondo en cuanto a la naturaleza volcánica del país, que a su vez se repite en su historia con sus sacudimientos, explosiones y llamaradas.
«El 18 de abril de 2018 el país al que me había mudado poco más de un año antes comenzaba a hacer erupción. En esos días estaba a mitad de la reportería sobre la relación de los nicaragüenses con sus volcanes». Estas cuatro líneas dan inicio a un libro que consta de 12 crónicas escritas en Nicaragua.
Sabrina Duque, ecuatoriana, tenía en marcha el proyecto con el que ganó la Beca Michael Jacobs de Crónica Viajera, que concede la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, el Hay Festival de Cartagena y The Michael Jacobs Foundation for Travel Writing. «En el camino», sigue la autora, «la coyuntura me atropelló».
Sin renunciar al proyecto inicial, Sabrina no pudo dejar de incorporar lo que está pasando en Nicaragua a partir -y antes- de aquella fecha fatídica del 18 de abril, en la que, al igual que un volcán que hubiese estado dormido, «los nietos de la revolución» estallaron y, con ellos, inició una lucha pacífica en contra de la dictadura Ortega-Murillo, tan parecida a la de Somoza, presente todavía en la memoria de los padres y abuelos de estos jóvenes.
VolcáNica -que contrae las palabras volcanes y Nicaragua, y que además deja constancia de la manera en la que los centroamericanos nos referimos a los nicaragüenses, nicas- es, en palabras de Sergio Ramírez, «un reportaje agudo, intenso, perspicaz, escrito por una joven periodista que ha viajado intensamente por el territorio de Nicaragua, y ofrece una visión de doble fondo en cuanto a la naturaleza volcánica del país, que a su vez se repite en su historia con sus sacudimientos, explosiones y llamaradas.