¿Qué sucedería si pudieras hablar cara a cara con la persona que eras en el pasado?
Las decisiones equivocadas son tan importantes como las correctas. A veces, mucho más...
Un suceso puede ocurrir en un instante y Catherine está a punto de averiguarlo.
Atribulada por haber dejado escapar al amor de su vida, entregándose a su ideal romántico, Catherine emprende un viaje a través del tiempo y de sus realidades alternativas para encontrar la variable que modifique la ecuación. Pero las posibilidades son infinitas. No existe un mapa que modifique el esquema.
Segundo a segundo, minuto a minuto, Catherine se enorgullece de sus mejores decisiones y se entristece por las peores, pero al mismo tiempo ve con impotencia que no importa cuánto se esfuerce, la historia se repite otra vez.
Es posible que todo lo que pueda ocurrir ya ha ocurrido, pero Catherine está dispuesta a arriesgarlo todo por el hombre con el que quiere estar. Tentando a su propia suerte descubre que cambiar las cosas siempre estuvo en su mano, pero existe un inconveniente: sesenta segundos es todo el tiempo del que dispone para persuadir a la mujer del pasado y obtener su boleto de vuelta al presente# o de lo contrario quedará atrapada en el tiempo.